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El Ayuntamiento de Madrid intenta ocultar que una niña fue atropellada por un coche donde viajaba el director de la policía

La menor solo sufrió heridas leves en una pierna, pero los partes de lesiones y del accidente no figuran en los registros municipales

Lo vieron cientos de ojos, pero dos días después el accidente no figura en las dos bases de datos que usan los gabinetes de prensa de Emergencias Madrid y de la Policía Municipal. Ocurrió el lunes, una hora después del inicio del gran apagón. Una niña de alrededor de 10 años fue atropellada por un coche policial sin distintivo. Dentro, viajaba como copiloto el director general de la Policía Municipal de Madrid, Pablo Enrique Rodríguez, y al volante se en...

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Lo vieron cientos de ojos, pero dos días después el accidente no figura en las dos bases de datos que usan los gabinetes de prensa de Emergencias Madrid y de la Policía Municipal. Ocurrió el lunes, una hora después del inicio del gran apagón. Una niña de alrededor de 10 años fue atropellada por un coche policial sin distintivo. Dentro, viajaba como copiloto el director general de la Policía Municipal de Madrid, Pablo Enrique Rodríguez, y al volante se encontraba el inspector que suele hacer la tarea de chófer para él. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha celebrado que el lunes apenas se produjeron accidentes a pesar de la prolongada falta de luz, pero el caso es que uno de ellos fue provocado por el coche en que viajaba el máximo responsable de su cuerpo policial.

Alrededor de las 13.30, el paseo de Extremadura era un desorden. Con los semáforos apagados, peatones y coches se coordinaban como buenamente podían para evitar accidentes. Esta vía que sale de la almendra central hacia el suroeste es especialmente peligrosa porque tiene seis carriles. El vehículo, de color negro, circulaba a una velocidad poco prudente por el carril de bus y taxi, según los testigos. Se trata de una ruta habitual para los policías que se dirigen a las oficinas de la Jefatura, que se encuentran en la Casa de Campo, a poco más de un kilómetro del lugar del incidente.

La niña, vestida de uniforme escolar, caminaba de la mano de su madre. Muchos padres, preocupados por lo que pudiera pasar, recogieron del colegio a sus hijos horas antes del fin de clases. La madre y su hija intentaron atravesar la calle unos metros por encima del paso de cebra, a la altura de una ferretería. Los testigos destacan que, a esa hora, aún no habían llegado agentes para ordenar el tráfico, así que los peatones cruzaban de una acera a otra por cualquier punto, confiando en que los coches circulaban con especial precaución.

La niña cayó al suelo y la madre dio un grito. El coche frenó en seco y sus ocupantes se bajaron. En seguida se formó un tumulto. La calle era un río de gente, así que decenas de personas se agolparon para ver lo sucedido. Una testigo cuenta que se echó a llorar y se tapó los ojos para no ver la escena, temiendo un desenlace trágico. Varios testigos relatan que un hombre de acento extranjero se encaró con el conductor por la alta velocidad a la que iba y le preguntó si acaso él no tenía hijos.

Se aproximaron tanto el uno al otro que estuvieron a un palmo de llegar a las manos. El director general también salió del coche. Vio que algunos testigos habían sacado sus móviles para registrar lo sucedido y regresó al vehículo, donde la luz policial brillaba en el techo. Una testigo observó que, sentado en el asiento de copiloto, se llevó las manos a la cabeza.

Otro coche policial de paisano, un BMW gris metalizado, llegó rápidamente para hacer el parte de accidente y tomar declaraciones. También acudió rauda una ambulancia del Samur, el servicio municipal que se encarga de las urgencias sanitarias en la vía pública. La niña fue atendida en el interior del vehículo, donde la acompañó su madre. La pequeña se marchó a pie con su madre, según un empleado de la ferretería. Varias personas presentes indican que solo sufrió una contusión en la pierna. EL PAÍS ha hablado con una quincena de testigos. Dos reconocieron a los ocupantes del vehículo.

Los partes inexistentes

Misteriosamente, el parte de lesiones no aparece en la base de datos que usan los responsables de prensa de Emergencias Madrid, que informa sobre las intervenciones del Samur. En esa herramienta deben aparecer todas las intervenciones de estos sanitarios. De hecho, sí figura otro atropello que fue reportado ese mismo día minutos más tarde en un punto muy cercano. Sucedió a las 13.56 a la altura del número 16 del paseo de Extremadura. Una moto se llevó por delante a un peatón, que fue hospitalizado.

Tampoco ha sido subido el parte de accidentes al sistema que usan los policías municipales, donde deben ser registrados datos como el nombre del conductor o la matrícula del vehículo. A preguntas de este diario, un portavoz del servicio de prensa de la Policía Municipal ha confirmado que se produjo un accidente en ese punto a esa hora, pero ha añadido que no puede dar más detalles porque no disponen del parte policial, el conocido como Parte Estadístico de Accidentes, y que “podría tardar hasta 10 días”.

Fuentes policiales indican que esa duración es una anomalía porque lo habitual es que esos documentos sean subidos al sistema de consulta el mismo día o al día posterior. De hecho, ya está siendo incumplida una norma que regula el tiempo máximo para publicar esa información: la instrucción número 4/2003, que regula cómo deben actuar los agentes en casos de siniestros de circulación. El artículo 2.6 estipula que el plazo para introducir la información en el Sistema Integral de Gestión de Incidentes de Tráfico es de 24 horas.

El portavoz se ha excusado diciendo que el retraso se debe a los acontecimientos de esta semana y se ha referido a que el lunes todos los policías de oficinas salieron a la calle a apoyar a sus compañeros. Además, ha añadido que una vez esté disponible el parte, no podrán revelar la identidad del conductor o su acompañante, al tratarse de datos personales.

Pablo Enrique Rodríguez es un agente veterano que dirige el cuerpo de Policía Municipal desde julio de 2019, días después de la llegada al poder local de Almeida. Según fuentes policiales, habitualmente circula de pasajero en un coche de paisano conducido por el agente involucrado en el atropello, un inspector que trabaja adscrito a la Dirección General del cuerpo. Los intentos de este periódico por conseguir la versión de ambos han sido en vano.

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