Guisantes en mantequilla, polenta y huevo ‘mollet’
Una base cremosa, unos guisantes cocinados al punto y la yema del huevo como salsa que lo mejora todo: esta combinación primaveral no tiene fallo


Que las verduras de primavera y el huevo están destinados a ser felices y comer perdices por toda la eternidad es un hecho. Espárragos blancos con salsa holandesa o a la carbonara, tortilla de trigueros, tirabeques con huevos revueltos. Guisantes y huevos escalfados. Así como he acabado más que harta del tartar de salmón o de las gyozas-de-lo-que sea, por más veces que vea esta dupla en cartas de restaurantes o vídeos de Instagram, nunca podré cansarme de unos guisantes frescos con un huevo untuoso por encima.
Voy a intentar dar un par de ideas algo más innovadoras para elevar –si todavía cabe– este plato primaveral. En vez de cocer o escaldar los guisantes, prueba a cocinarlos directamente en una sartén a fuego fuerte con mantequilla. Para que no queden duros, primero los salteas, dejas que alguno coja un poco de color y pones la tapa. Con ese par de minutos se hacen en su propio vapor y quedan perfectos. No escatimes en mantequilla: vamos a servirlos con una polenta cremosa y nunca es suficiente mantequilla en estos casos.
Con la polenta tienes dos opciones: hay una precocida, que se prepara en un momento y es muy apañada. Si compras la polenta clásica, la que no está precocida, te espera un buen rato –unos 30-40 minutos– de remover sin parar. Elige tu propia aventura. Con los huevos no hay elección: cuécelo cinco minutos, pásalos por agua fría con hielo para cortar la cocción y pélalos en el último momento.
Dificultad: Depende de la polenta que compres (el tiempo estimado es con la instantánea)
Ingredientes
Para 2 personas
- 200 g de guisantes frescos sin vaina
- 100 g de polenta precocida
- 30 g de mantequilla
- 30 ml de nata
- Sal
- Pimienta negra
- 4 huevos
Instrucciones
Cocinar la polenta siguiendo las instrucciones del paquete. Justo al final añadir la nata, poner a punto de sal y pimienta.
Fundir la mantequilla en una sartén a fuego medio-alto. Añadir los guisantes y saltear un par de minutos. Salar y tapar. Cocinar durante dos minutos más.
Cocer los huevos cinco minutos en agua hirviendo. Pasado el tiempo, pasar a un baño de agua fría con hielo. Reservar.
Pelar los huevos y servir la polenta con los guisantes y la mantequilla por encima. Partir los huevos por la mitad y colocar encima. Acabar con pimienta negra recién molida por encima y comer al momento.
Si tienes dudas o quejas sobre nuestras recetas, escríbenos a [email protected]. También puedes seguir a El Comidista en Youtube