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Trece recetas que no dan trabajo para honrar el 1 de mayo

Sopas sin pasta, lacón “tonnato”, hamburguesas, untables, ensaladas, pechugas y huevos de mil maneras o mantequilla tuneada: hoy llevamos la máxima “abajo el trabajo” hasta la cocina

Recetas en mayo

Si el 1 de mayo te pilla con más ganas de sofá o manifestación para reclamar mejoras laborales y salariales que de sartenes y horno, estás en el sitio correcto. En El Comidista hemos reunido 13 recetas para gente que quiere comer bien sin sentir que está levantando el país desde la cocina. Hoy no hay masas que fermentan lentamente, ni fondos que cuezan tres horas y se concentren otras dos: aquí todo va rápido, fácil y sin dramas. Porque reivindicar derechos también es decir “no tengo ganas de pasarme la mañana vigilando el fuego”, este festín se prepara con muy poco esfuerzo.

Salpicón cítrico de pulpo

Se prepara en 10 minutos, quita el capricho de un ceviche, lleva las hortalizas del salpicón tradicional y se adapta a tus gustos o a lo que haya en la nevera. La gracia de este plato, a medio camino entre el aguachile mexicano y el salpicón nacional, es que tenga una buena cantidad de aliño de limón, incluso suficiente como para comerlo con cuchara. Así consigues algo que se parece a un cebiche primigenio, te puede quitar un capricho sin tener que ponerte a preparar leche de tigre o liarte con el pescado crudo. Además de con pulpo cocido o en lata podría prepararse con almejas, navajas, berberechos o mejillones al natural, gambas cocidas o algún pescado en aceite un poco escurrido. Si el limón no es lo tuyo, pásate al vinagre y tendrás un salpicón tradicional.

Para comer con cuchara

Aceites con cosas para untar pan: el aperitivo -o aliño- resultón con mínimo esfuerzo

Los aceites “ilustrados” sirven tanto si necesitas poner algo de picar, pero no tienes ganas de currártelo lo más mínimo en la cocina o como aliño para una ensalada, como salsa para unas verduras y de guarnición para una crema (por si te sirve, aquí tienes nuestra opinión sobre algunas de las marcas de gazpacho y salmorejo más populares del supermercado). Son tres, de estilo meditarráneo, griego o dulce y picante: la base es el aceite de oliva, y el resto de ingredientes van picados finitos. Picar y mezclar es lo único que hay que hacer, y no te va a llevar más de cinco minutos, así que por favor no los metas en la batidora porque el resultado no se va a parecer en nada a lo que sale en el vídeo.

Lacón tonnato, una jetaversión exprés del clásico italiano

Esta receta ganó merecidamente la novena edición del concurso Comidista Invitado, dedicado al aperitivo, pero también podría ser perfectamente un plato principal si le pones debajo unos garbanzos, arroz o patata cocida, y también un bocata de campeonato para cenar rico y rápido. Esta versión del ‘vitello tonnato’ italiano nos conquistó por representar a la perfección ese espíritu jeta que tantas recetas de postres y aperitivos comidistas ha protagonizado. Además, admite variaciones: “Se puede adaptar de muchas formas: usando lacón, jamón york de calidad, pechuga de pavo, o incluso restos de pollo asado”, comentaba su autora, Marina Sobreviela.

El aperitivo ganador

Sopa de lentejas con pollo y huevo

Todavía queda alguna noche de esas frescas en las que agradeces una sopa: esta se prepara en menos de diez minutos, porque la pasta se sustituye por lentejas cocidas, es perfecta para dar salida a restos de pollo -si no, puedes recurrir a uno de los que ya venden asados, un apaño perfecto para este tipo de platos- y aliñar al gusto con queso, limón o guindilla. Puedes hacer una versión vegetariana usando caldo de verduras y cambiando el pollo desmigado por unas setas salteadas o una parte de las verduras del caldo. Como legumbre usamos lentejas porque es la que se parece a la maravilla o los pistoncitos que nos daban de pequeños, pero las judías, garbanzos o cualquier otra legumbre que quepa en una cuchara servirá perfectamente. El huevo pochado es lo que le da calidad a la película: cuando lo rompes con la cuchara, la yema se esparrama y atrapas un poquito junto a las lentejas, el caldo y la clara, el mundo es un poco mejor.

Pasta con atún: cómo convertir la receta de piso de estudiantes en un festín

La pasta con atún ha sido, es y será siempre un clásico de las comidas y cenas en pisos de estudiantes, y más de un madurito/a con pocas ganas de cocinar habrá sacado de una despensa semivacía unos espaguetis, un bote de tomate y una lata de pescado para satisfacer el hambre rápidamente y sin exprimirse los sesos. Con esta receta, original de la italiana Aurora Cavallo (Cooker Girl en Instagram), dignificamos un plato económico y sencillo, que se transforma en una delicia si se hace bien (además, nuestra versión ligeramente finolis no lleva mucho más tiempo que la guarrindongui).

‘Piyaz’, la ensalada turca perfecta para gozar abriendo un bote de judías (y poco más)

El piyaz, cebolla en farsi, tiene las judías blancas como base, a las que se añaden cebolla, huevo duro -siempre en cuartos y por encima- y perejil. Esta ensalada turca resiste en un táper allá donde vayas: al ser un plato sencillo, es tu momento para invertir en buenos productos: un buen vinagre y aceite van a multiplicar el sabor en cada papila gustativa. Si encima los has agitado bien en un botecito hasta que hayan emulsionado, mejor: no tengas miedo con la cantidad, que se note la vinagreta. Una derivada más untuosa es la de Antalya, una ciudad en el sur de Turquía donde se le añade tomate, los huevos en este caso picados, y un buen chorreón de salsa hecha con tahini, judías machacadas y zumo de limón: esta versión te llevará dos o tres tres minutos más, pero estará igualmente lista mientras se cuecen los huevos.

Piyaz COMIDISTA

Mantequilla de sardinas, una mezcla exprés que sirve para todo

Un bloque de mantequilla en pomada, una lata de sardinas, un bol y un tenedor para mezclarlo: eso es todo lo que necesitas para tener la base de este aderezo todoterreno. Puedes añadirle hierbas aromáticas frescas o secas, salsa o chile picante, pimienta, ajo, alcaparras, tu aderezo favorito o lo que más te apetezca. Después de tan titánico esfuerzo, puedes comerla con pan tostado, usarla como salsa para pasta, mezclarla con arroz o legumbres cocidas o dejar que una buena cucharada se funda encima de una pechuga a la plancha, a modo de lujurioso mar y montaña.

Pasta de mantequilla de sardinas sobre mantel de mesa camilla

Smash burger casera sin complicaciones

La smash burger es una hamburguesa en la que te has sentado encima o que se te ha caído desde un quinto piso, una bola de carne que aplastas sobre una plancha a punto de fusión nuclear hasta dejarla de no más de un centímetro de grosor: cuanto más aplastas y desparramas la carne hay más superficie para el tueste y, por lo tanto, para las reacciones de Maillard, que aportan miríadas de moléculas aromáticas y de sabor. Y aumenta también la superficie susceptible de adquirir cierto puntito crujiente, que tiene un gran atractivo para los humanos.

Para preparar una smash burger lo suyo es partir de una bola de carne -con aproximadamente un 20% de grasa-, que se aplasta sin más, dejando que los bordes queden irregulares, y disponer de una buena plancha o una sartén de hierro fundido a una temperatura muy alta. Dos minutos por un lado, añadir el queso al darle la vuelta, un minuto más y lo tienes. Te la puedes comer tal cual o cortar un poco de lechuga, tomate y ponerle pepinillo (que también lo venden ya cortado). El pan va a gusto: hay quien prefiere los panecillos tipo Viena, quien ama la dulzura del brioche, los acérrimos defensores del pan de patata o potato roll y quien abre un trozo de barra y santas pascuas.

Finas, tostadas y con el queso bien fundido

Comidas en cinco minutos con pechuga de pollo

Si “yo es que no tengo tiempo para cocinar” es tu credo, tu religión y tu excusa diaria para tirar de precocinados o pedir comida por teléfono no solo hoy, sino todos los días del año; el artículo que linkamos en el titular te va a dejar sin argumentos en menos que canta un gallo. O un pollo, ya que éste –concretamente, su pechuga– es el protagonista, con todo tipo de ideas para preparar comidas o cenas muy rápidas y sabrosas; además, la gran mayoría son bastante ligeras. Si le tienes una cierta manía a este ingrediente porque sueles pasarte de cocción y te queda como la suela de un zapato, echa un vistazo a este vídeo y dales una segunda oportunidad a tus habilidades culinarias pechuguísticas.

Musabaha, el primo deconstruido y fácil de preparar del hummus

Si estás hasta la pepitilla del garbanzo del hummus, acompáñanos a descubrir un nuevo mundo llamado musabaha; un pariente primitivo y rústico de la crema de garbanzos de Oriente Próximo que además de ser un soplo de aire fresco en la omnipresencia hummusera, solo pide un tenedor, un plato, un par de boles y poco más para prepararlo. Musabaha significa algo así como “nadando” en árabe, y eso es más o menos lo que hacen los garbanzos en el plato. Mientras el hummus mejora cuanto más fino esté, aquí se busca justo lo contrario, la textura de los trocitos o las legumbres enteras. En Siria, Líbano o Palestina se toma tibio como desayuno, pero nadie te va a decir nada si lo usas como untable de aperitivo.

Musabaha, el primo deconstruido y fácil de preparar del hummus COMIDISTA

Seis bocadillos y tostadas con huevos para triunfar en una cena rápida

Con un par de huevos -literales-, buen pan y poco más se puede cenar de maravilla sin dejarte ni el sueldo, ni el cerebro ni mucho tiempo. Como el socorridísimo bocata de tortilla francesa ya estaba inventado -aunque somos tan fans que le escribimos hace poco una carta de amor-, hemos tenido que tirar de inventiva y añadir otras de nuestras preparaciones favoritas a esta lista. Revueltos, duros, en tortilla con rellenos variados, como ensaladilla cremosa e incluso fritos, los huevos y el pan son un combo perfecto para improvisar ricas comidas en minutos.

Bocadillos con huevo

Ensalada de maíz con lo que haya en la nevera

Una lata de maíz al natural es una base buenísima sobre la que montar una ensalada con lo que tengamos en la nevera. Cualquier lechuga, mezclum o cogollos, escarola o endivias, tomates, remolacha cocida, manzana, col laminada o brócoli rallado le quedarán bien. La de la foto lleva cebolla dulce, hinojo y sus hojas, aguacate, champiñones, zanahoria, aceitunas y una vinagreta a base de limón, sal, pimienta y un puñado de hojas de perejil y menta. Si prefieres el vinagre al limón -o no te gusta la acidez- puedes modificar la vinagreta a tu gusto.

Recetas con conservas

Flan de huevo en microondas

Preparar flan de huevo en el horno no es precisamente una tarea complicada, ya que el electrodoméstico hace la mayor parte del trabajo, pero lleva su tiempo. La solución está en otro electrodoméstico que mucha gente usa básicamente para calentar leche, aunque tiene muchísimas otras posibilidades culinarias: el microondas. Para que quede cremoso y sedoso, el único truco es cocinarlo a 500W durante cuatro minutos, dejar reposar dos y repetir el proceso dos veces más (tres cocciones y dos reposos en total). No pienses en coger un atajo, porque quedará más parecido a una tortilla, y deja que repose entre los ciclos para que el calor residual haga su trabajo. Si la vista no te da las pistas necesarias para saber si hay que cocinarlo más o no, hunde un palillo o una brocheta de madera en la zona de la discordia. Si sale con masa pegada, aún le falta un poco para cuajar.

Sedosísimo y muy fácil de hacer

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