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Detenidos dos directivos de la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc por la muerte del niño Erick Torbellín

La Fiscalía de Morelos ha aprehendido al director del plantel y a una instructora por su presunta responsabilidad en el homicidio

Angélica 'N' y Juan Carlos 'N', instructora y director de la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc.
Erika Rosete

Las primeras detenciones tras la muerte del niño Erick Leonardo Torbellín, de 13 años, en la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc, han tenido lugar durante este fin de semana en el Estado de Morelos, en medio de una investigación conjunta entre las Fiscalías de ese Estado y la del Estado de México. Juan Carlos N y Angélica N, el director del plantel y una de las instructoras, fueron detenidos este sábado y posteriormente llevados a una audiencia de vinculación en la que se les ha dictado prisión preventiva por su presunta responsabilidad en la muerte del menor, el pasado 25 de abril durante un campamento organizado por su escuela.

La madre del niño, Erika Torbellín, ha interpuesto dos denuncias penales tanto en Morelos como en Ciudad de México en contra de quienes resulten responsables de la muerte y las varias negligencias sucedidas el pasado 25 de abril en Tlalnepantla, el municipio en Morelos en donde se realizó un campamento de tres días que, además, no tenía autorización de la Secretaría de Educación Pública —institución a la que la escuela está incorporada— para llevarse a cabo.

Las denuncias de la familia Torbellín y de más de una veintena de alumnos y alumnas asistentes a ese campamento, aseguran que los instructores responsables maltrataron a los menores, los dejaron sin alimentos suficientes y los sometieron a castigos violentos reiteradamente durante esos tres días. En el caso de Erick, algunos testimonios coinciden en que fue obligado a continuar con el último de los entrenamientos, pese a que su estado físico por el cansancio y la sed ya no le permitían continuar.

Uno de sus compañeros aseguró que el menor pidió agua y que una teniente solo le roció unas cuantas gotas en la cara, sin permitirle beber. Otro de sus compañeros han dicho que al ver que Erick no era capaz de completar las instrucciones, uno de los monitores lo obligó a seguir hasta que se desplomó, y todavía en el suelo, fue arrastrado por varios minutos en medio de la tierra y las piedras. A ninguno de los presentes les permitieron mirar lo que pasaba y fueron amenazados si se atrevían a hacerlo.

Erick Leonardo Terán Torbellín, en una imagen compartida en redes sociales.

Cuando la escuela notificó lo ocurrido a su madre, le dijeron que el niño había sido trasladado en una ambulancia tras presentar signos vitales “un poco débiles”. Días después, algunos vecinos indicaron que fueron ellos quienes llamaron a la ambulancia, ante la indiferencia de los encargados del campamento. “Lo vi, estaba en una camilla ya tapado, estaba todo arrastrado de la ropa, pisadas en su cuerpo, tenía moretones. No es normal, como dice el capitán, que fue por asma o insolación, por muerte natural. Mi hijo tenía señas de violencia. En las costillas tiene golpes, en las piernas, abdomen, en el pecho, en la nariz, en el ojo”, dijo la madre del joven en una entrevista unas horas después de la muerte del niño.

Las autoridades han impuesto la medida cautelar de prisión preventiva a Juan Carlos N y Angélica N, después de considerar que existe un riesgo de fuga. A través de un comunicado, la Fiscalía de Morelos también confirmó que el pasado 29 de abril, el Fiscal General, Edgar Maldonado, se reunió con familiares de Erick, en un encuentro donde se ha comprometido en integrar una carpeta de investigación “con acervo probatorio sólido para que el homicidio del adolescente no quedara impune”.

Por su parte, la alcaldesa de Cuauhtémoc, lugar en donde se ubican las instalaciones de la academia, se ha reunido en varias ocasiones con Erika Torbellín, y ha asegurado que su Administración provee de todo lo necesario al caso. Tras las detenciones de este fin de semana, la funcionaria publicó: “¡La justicia empieza a hablar! [...] Esto apenas empieza. Por Erick. Por la verdad. Por la justicia que tanto deben. ¡Lo lograste Erika, con tu valentía y amor! Seguimos juntas hasta el final”.

Las prácticas negligentes con el uso de una violencia extrema no se limitan solo a los aspirantes para ocupar un lugar en el Ejército mexicano o Guardia Nacional, el caso de Erik revela prácticas sistematizadas que hacen del uso de torturas y maltratos extremos una especie de manual para el entrenamiento de futuros cadetes en México.

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Sobre la firma

Erika Rosete
Es periodista de la edición mexicana de EL PAÍS.
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