Carta abierta al pueblo de Estados Unidos
Más de 350 historiadores piden apoyo a Ucrania cuando se cumplen 80 años de la victoria sobre el nazismo

Este mes de mayo conmemoramos el 80º aniversario de uno de los momentos más trascendentales de nuestra historia. Durante la Segunda Guerra Mundial, las naciones de todo el mundo se aliaron contra la Alemania nazi en un combate y un sacrificio que forjaron un vínculo duradero entre Estados Unidos y Europa.
Hoy, los principios que nos unieron en la lucha contra la tiranía —la libertad, la democracia y la verdad— están de nuevo acorralados. La Rusia de Vladímir Putin hace intentos diarios de socavar nuestras libertades, nuestra unidad y nuestra amistad con actos beligerantes y campañas de desinformación. Y lo más vergonzoso es que invoca la memoria de la Segunda Guerra Mundial para justificar su espantoso comportamiento.
Nosotros, historiadores, conservadores y expertos dedicados a la memoria de Europa, estamos profundamente preocupados por el volumen de desinformación procedente de Rusia que, en los últimos tiempos, ha empezado a deslizarse en la conversación estadounidense, no solo en las redes sociales, sino también en los principales medios de comunicación e incluso en el discurso del Gobierno. El objetivo de esta desinformación es atacar lo que más nos importa —los valores que compartimos— y crear la división entre Europa y Estados Unidos.
Moscú ha falseado tanto la historia que creemos que es necesario dejar claros varios datos básicos sobre el pasado. En 1939, la Alemania nazi de Hitler inició la guerra al invadir Polonia. Ahora bien, en ese momento, la Unión Soviética era aliada de Hitler y también invadió el país. La versión oficial de Rusia sobre el principio de la Segunda Guerra Mundial, que dice que fue Polonia quien la inició, es totalmente falsa.
Poco después de que comenzara la guerra, los soviéticos también atacaron Finlandia. Después, en 1940, invadieron y se anexionaron Lituania, Letonia y Estonia. Ninguno de los ataques respondió a ninguna provocación. No tuvieron ningún elemento consensuado ni legal, por mucho que Putin lo asegure una y otra vez.
La Unión Soviética sufrió pérdidas terribles durante la Segunda Guerra Mundial, pero muchas se produjeron en Ucrania y las sufrió el pueblo ucranio. Cuando Putin dice hoy que Ucrania glorifica a los nazis y a sus colaboradores, esa afirmación no solo es objetivamente falsa sino además insultante para la trágica historia de esta nación.
Aunque el Ejército Rojo liberó Europa del Este entre 1944 y 1945, los países de la región no vivieron la presencia soviética posterior como una liberación. Los europeos del Este se vieron obligados a vivir durante 45 años bajo la represión de unos gobiernos comunistas que no habían elegido.
La verdadera historia se puede descubrir en los propios archivos de Rusia, que se abrieron al mundo durante un breve periodo en los años noventa. Sin embargo, en la Rusia actual hablar con libertad sobre la historia se ha convertido en una actividad muy peligrosa. Moscú ha aprobado nuevas leyes que prohíben criticar al Ejército Rojo o a cualquiera de sus veteranos. Se han vetado los libros que sacan a la luz los crímenes soviéticos, se han cerrado museos e instituciones y se impide a los investigadores independientes el acceso a los archivos.
Esta lucha por nuestra historia es crucial, porque Putin ha convertido el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial en un arma para justificar la invasión actual de Ucrania, un país al que califica falsamente de “Estado fascista” que es necesario “desnazificar”. Rusia niega el derecho de Ucrania a existir como nación soberana y le acusa de haber empezado la guerra actual. Sufrimos una avalancha de desinformación de Moscú, tanto sobre el pasado como sobre el presente, que pone todavía más de relieve la importancia de dotarse de conocimientos históricos sólidos y examinar la información con espíritu crítico.
Ahora que nos acercamos al aniversario del Día de la Victoria en Europa, os pedimos que dejéis de lado las discrepancias políticas causadas por los troles a un lado y otro del Atlántico y amplificadas por Moscú. Recordad los lazos que nos unen, unos lazos que se forjaron en el campo de batalla y se han reforzado durante 80 años de amistad y alianzas. La desinformación pretende separarnos, pero nuestro compromiso común con la libertad y la democracia debe prevalecer.
Y, sobre todo, os pedimos que apoyéis a Ucrania. Esperamos que, con la ayuda de Estados Unidos, sea posible encontrar una solución diplomática a este conflicto, pero no olvidéis en ningún momento que el agresor es Putin: no debe recibir ninguna recompensa por amenazar a los pueblos libres del mundo. Cualquier posible acuerdo de paz debe tener en cuenta el derecho fundamental de Ucrania a seguir siendo una nación soberana y a defenderse si vuelve a sufrir ataques en el futuro.
El 8 de mayo de este año estaremos a vuestro lado para honrar a los hombres y las mujeres que combatieron en la Segunda Guerra Mundial. Respondieron al llamamiento de su país, marcaron el rumbo de la historia y contribuyeron al restablecimiento de la paz, la democracia y la libertad. Hoy, unidos en defensa de estos valores, reafirmamos nuestro compromiso de evitar que vuelva a estallar un conflicto tan devastador.
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