Ximena Arias-Cristóbal, la joven de 19 años a las puertas de la deportación por una infracción de tránsito que no cometió
El caso de la estudiante mexicana, que llegó a Estados Unidos sin papeles de pequeña, es el más reciente en poner en duda que la Administración Trump está priorizando la detención de criminales


Las autoridades migratorias habían arrestado a su padre dos semanas antes. El 5 de mayo fue su turno. Ximena Arias-Cristóbal, una estudiante universitaria de 19 años que llegó a Estados Unidos junto a sus padres y sin papeles cuando apenas tenía cuatro, estaba conduciendo por las calles en las que creció en Dalton (Georgia) cuando la policía la detuvo por supuestamente haber hecho un cruce indebido. Cuando le pidieron su licencia de conducción, dijo que tenía una internacional, pero no consigo, así que se la llevaron detenida por conducir sin permiso. Desde entonces, se ha demostrado que la infracción de tránsito no la cometió ella y esa acusación se ha levantado, pero la joven, que pasó a la custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), sigue detenida y se encuentra a las puertas de la deportación a pesar de no haber cometido ningún delito.
El lunes, la policía local anunció que en una revisión de grabaciones del momento en que una camioneta cruzó un semáforo en rojo, se confirmó que la policía detuvo al automóvil incorrecto ese 5 de mayo. “Es muy lamentable que estemos aquí, que hayamos terminado en este lugar con la forma en que esto se desarrolló y la forma en que resultó”, dijo, apenado, Chris Crosser, subjefe de policía de Dalton, consciente de que el futuro de una joven querida por su comunidad, lejos de ser la figura del peligroso criminal que la Administración ha invocado reiteradamente para justificar su campaña de deportaciones masivas, ahora está en las manos del ICE. Los abogados de Arias-Cristóbal, que tiene una audiencia para determinar la fianza la próxima semana, consideran que seguirá en custodia del ICE, pues la agencia federal la acusa de permanencia en el país sin autorización.
La joven terminó recluida en el centro de detención Stewart en Lumpkin (Georgia), después de que la policía, una vez había sido arrestada por conducir sin licencia, la cuestionó por su estatus migratorio en virtud del acuerdo de cooperación que el condado firmó con el ICE en 2020. En esa misma cárcel migratoria también se encuentra su padre, Francisco Arias Tovar, de 43 años, enviado allí de la misma manera, tras ser detenido por conducir por encima del límite de velocidad unas semanas antes.
Ninguno de los dos tiene antecedentes criminales, pero el Departamento de Seguridad Nacional, encargado último de las deportaciones, ha insinuado que va a avanzar los procedimientos para su expulsión. “La familia podrá regresar junta a México. El Sr. Tovar tuvo muchas oportunidades de buscar una vía legal para obtener la ciudadanía. Decidió no hacerlo. No estamos ignorando el Estado de derecho”, se lee en una publicación del departamento en X en la que también los invitan a hacer uso de la app CBP Home para “autodeportarse”.
Arias Tovar, a 43-year-old illegal alien from Mexico, was arrested for speeding and driving without a license. Arias Tovar self-admitted that he is in the country illegally. His daughter, Ximena Arias Cristobal, a 19-year-old illegal alien from Mexico, was arrested on May 5,… https://t.co/riCfZ6GoC8
— Homeland Security (@DHSgov) May 8, 2025
De acuerdo a reportes locales, Arias Tovar había montado su propio negocio y había buscado la residencia permanente, que le fue denegada. Su hija Ximena, por su parte, llegó indocumentada como menor de edad, pero no era elegible para el programa DACA, que ampara a los que ingresaron al país en la infancia, por haberlo hecho después de la fecha límite del programa en 2007. Tras graduarse del high school el año pasado, ahora estaba estudiando en la universidad local. En casa se han quedado la madre, también indocumentada, y otras dos hermanas, ambas ciudadanas estadounidenses. “Mi familia es una buena familia... no son delincuentes. Puede que vinieran aquí ilegalmente, pero vinieron para cumplir sus sueños”, dijo a la cadena CBS una de ellas, Aurora, de 12 años.
Tras la atención mediática que ha recibido el caso de Arias-Cristóbal, su comunidad local se ha organizado para apoyarla en el proceso legal. Una recaudación en la página GoFundMe ya ha recibido más de 80.000 dólares de más de 2.000 donaciones. La iniciativa la está liderando una persona anónima que asegura que conoce de cerca a la joven. “Ha cuidado de mis hijos durante años. La adoramos. Ximena es mi amiga íntima y la niñera favorita de mis hijos. Todo el dinero recaudado va directamente a Ximena y su familia para su representación legal”.
De acuerdo a CBS, que logró hablar con Arias-Cristóbal en una de sus llamadas diarias con su familia, la joven teme ser deportada. “Mi vida es aquí y tengo miedo de que tendré que empezar de nuevo en un país que no conozco”, ha dicho a la cadena.
La detención y posible deportación de Ximena Arias-Cristóbal es el caso más reciente en una cada vez más inabarcable lista de arrestos migratorios que no encajan con la supuesta priorización de expulsar a criminales peligrosos. La joven de 19 años nunca ha tenido problemas con la ley y ha vivido prácticamente toda su vida en Estados Unidos y, sin embargo, igualmente se ha encontrado atrapada en la maquinaria de deportación de Donald Trump.
En su Georgia local, hasta algunas voces republicanas están comenzando a lamentar la aparente injusticia. “Ha habido un despertar de angustia para nuestra comunidad, porque, ya sabes, mucha gente sentía que íbamos a por los delincuentes duros y, por desgracia, la gente buena está siendo pillada a contrapié en este asunto”, dijo Kasey Carpenter, legislador republicano que representa a Dalton en Georgia.
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