Cerca del puerto de Gijón se alza un local donde los recuerdos de distintas generaciones están en los platos y en las paredes. ¿Una enmienda a la totalidad al minimalismo moderno?
Desde hace 60 años, es un ejemplo de negocio familiar, respetuoso con el medio ambiente y culinariamente impecable a pie de playa, que pone medidas para preservar el entorno
Abrió ayer en el centro de Girona como un homenaje al primer negocio de la familia, a los locales de los años setenta de tapeo tradicional, y con una carta con más mil referencias de vinos
La guía española presenta nuevas direcciones donde comer en un chiringuito, tomar un helado o un vino después de un día de playa, o disfrutar de una buena ensalada en una ciudad
Una vaca puede pasar toda su vida comiendo pienso sin acumular ningún tipo de conocimiento acerca de él, igual que mi vecino se ha pasado la vida gozando de la misma marca de calamares a la romana congelados
Expertos en esta fritura típica de Cantabria, como el presidente de la Academia cántabra de Gastronomía, el tres estrellas Michelin Jesús Sánchez o los hosteleros Carlos Zamora y Paco Quirós desvelan sus lugares
El bocata de calamares es una comida perfecta para el Día de la Comunidad, pero hoy dejamos por un momento sus versiones clásicas para recopilar las variantes modernas favoritas de varios expertos en gastronomía
Tienen fama de trabajosos, pero no lo son tanto si pides que te los den limpios en la pescadería. Nuestra receta de 'txipis' es la tradicional, con algunos truquillos extra para potenciar el sabor. Y el placer.
La pasión por los calamares se comparte en España y Latinoamérica. En el restaurante peruano Oroya y el mexicano Jerónimo los preparan con dos recetas típicas de Veracruz y de Pucusana, y ambas son deliciosas.
En el País Vasco los calamares pequeños no sólo se cocinan en su tinta: existe otra receta que apuesta por la cebolla como principal acompañante, y toma su nombre del bar de Getaria donde supuestamente se creó.
Son un invento cántabro, pero Bilbao lleva décadas tomando estas tiras fritas de calamar como aperitivo dominguero. Ésta es una ruta para dar con las mejores, desde las clásicas hasta las más innovadoras.
Montserrat Fontané los sirvió durante años en Can Roca, y ahora sus hijos los recuperan en su nuevo restaurante, Normal. El mismísimo Joan Roca nos enseña a hacer unos calamares que sorprenden por su sencillez.
El negocio familiar fue fundado por su padre, Alfredo Rodríguez Villa, en el año 1951, y ha continuado manteniendo la fama entre los propios locales y los turistas
Tiras de calamar con un rebozado crujiente, muy tiernas en su interior y con el punto justo de sal: el único secreto para que esta receta salga bien es que los ingredientes sean de buena calidad.
Si los calamares te quedan como un chicle sobremasticado, tenemos un truco 'inspirado' en Dani García que cambiará tu vida. Más tres aderezos que no hemos copiado a nadie.
Para superar todas las veces que en hostelería nos dan pota por calamar, preparamos en casa una dignificadora versión crujiente aderezada con ralladura de lima y con salsa tártara para mojar.
El rastro de color, el sabor y el gusto del fruto rojo, apenas un velo natural en la superficie del pan, es una versión que puede mejorar el bocado popular
Cuando aparece la pasta en escena, un guiso rápido de calamares se convierte por arte de magia en una salsa. La 'mantecatura' y un toque de perejil fundirán sus sabores en uno solo en cuestión de segundos.
¿Qué hay más parecido al abrazo de una madre que dos rebanadas de pan? No juzgan, simplemente abrazan a las viandas. Pero nosotros hemos probado los clásicos bocatas de toda la vida con desigual suerte.
¿Cómo se puede mejorar un mar y montaña?¿Cómo se le puede dar una vuelta a la escudella catalana para no servir otro año lo mismo? ¿Por qué no le ponemos un huevo frito? Las tres respuestas, aquí (y en La Falconera).
En el Día Mundial de este emblema culinario de Madrid, qué mejor manera para festejarlo que desvelar su origen, elaboración y los mejores y peores lugares para comerlo
Solo cuatro ingredientes para una no-receta que lo peta en sabor, textura, frescura y todas las cosas buenas que se te ocurran. Solo necesitas un cuchillo bien afilado y un colador fino.